Te estoy echando de menos.
Tenías tus fallos, pero yo estaba
repleta de ellos, y me quisiste así.
Hiciste cosas mal, hicimos cosas mal,
pero nunca nadie dijo que fuéramos a ser perfectos, de hecho nunca
lo fuimos.
Nadie apostó por nosotros excepto
nuestros desenfrenados corazones y el mío ha ganado, porque mira,
estoy aquí, echándote de menos y escribiéndote sin anónimo pero
sin nombrarte, ¿pero...