El 21 de
marzo llamó la primavera a todas las puertas.
Sol
inquieto y travieso despertó a Bibiana cayéndose en sus párpados.
Bibiana se dio media vuelta mostrándole la espalda y los lunares que
habitaban en ella, Sol siguió insistiendo y ella enfurruñada puso
los pies calentitos de la noche en el suelo frío de la mañana.
Olía a
primavera recién nacida, a verde bebé.
Bibiana
vivía en lo alto de un edificio rojo con las ventanas blancas. Las
cortinas siempre dando paso a la luz y un sillón con manchas de vaca
enfrente del ventanal para ver llover y a veces, nevar.
Hoy Sol
se había tomado la libertad de colarse por ese hueco para dar los
“Buenos días” y decir “¡Eh, mira, ya estoy aquí, primavera
me ha traído!”
Mientras
se desperezaba, el vestido de flores empezó a gritar desde el fondo
del armario.
Bibiana
se asustó un poco (siempre asustada) y se acercó tímida (siempre
tímida), abrió las puertas con las manos temblorosas y empezó a
apartar ropa buscando la voz que gritaba. Vestido de flores respiró
profundo y apareció al final de la montaña. “Sácame, Sol me
llama”.
Si lo
que Bibiana tenía en la cara no era una sonrisa, no era nada.
- Un zumo
de naranja, colado, por favor.
“Gâteau”
era la cafetería de los asientos azules y el rotulo blanco,
parpadeante.
Aitor
era el camarero de uniforme verde y ojos negros que siempre le traía
sus zumos y un par de galletas.
- Regalo
de la casa para la chica del vestido de flores.
- Gracias.
Bibiana
era una camaleón fallido, intentaba camuflarse en su asiento, pero
el rojo de sus mejillas no se parecía nada al azul.
- ¿Cómo
te llamas?
- No lo
sé.
Siempre
era igual, él llevaba dos años preguntándole su nombre y ella
nunca lo sabía.
Aitor se
sentó justo delante y se acercó mucho mucho.
- Me
llamo Aitor, encantado.
Aitor le
sonrió como queriendo arrancarle el corazón.
“Cof,
cof”.
- La jefa
me llama, después seguimos hablando. Me encanta tu vestido.
Bibiana
tenía los mofletes rojísimos e hinchados de zumo, se había quedado
petrificada. Solo oía el boom-boom de su corazón ansioso, y la
pierna derecha empezó moverse, saldría corriendo de allí, pero
aunque su pierna derecha se movía, la izquierda estaba como sus
cuerdas vocales, totalmente inmóvil.
Cuando
fue a levantarse, Aitor llegó tan inquieto y travieso como Sol esa
mañana y se sentó para dejarle otra vez sin una reacción válida.
- Espero
que no tengas planes porque mis patines me han dicho que si no sales
hoy conmigo seguramente mañana ya no viva, y dime ¿quién te va a
dar galletas si no soy yo?
Bibiana
podría haber muerto justo en ese momento. ¿Qué hacía cupido en su
vida? Lo echó hace muchos años atrás, cuando le rompieron el
corazón por enésima vez.
Tenía
miedo de todo aquello, del amor, los chicos y las flechas de ese
maldito ángel que no sabía elegir.
Pero la
herida estaba ya hecha y su corazón le gritaba mientras sus oídos se
negaban a escuchar que quizás ese chico, el de los patines y la
sonrisa huracanada, fuera el alcohol que necesitaba para cicatrizar.
(elige la opción que prefieras)
Qué preciosidad de texto. Gracias por sacarme unas sonrisas de melancolía con tu textos.
ResponderEliminarEscribes genial, Isabel :) Sigue así.
Un beso! :D
Puedes explicarme el final? perdona, pero no lo entiendo jajaja
ResponderEliminarHola Anastasia :)
ResponderEliminarMil gracias a ti por dedicar un tiempo a leer lo que escribo.
Te agradezco muchísimo los ánimos
¡Un beso!
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Hola Anónimo :)
Es que en esta entrada no está el final.
Esta historia tiene un doble final, abajo te salen dos diálogos y dependiendo del que pinches hay un final u otro.
Un beso
*_* sin palabras...
ResponderEliminarpuf increible enserio.
Mucho talento el tullo.
Sigue así que lo haces muy bien, un beso.
Hola hola Anónimo :)
ResponderEliminar¡Mil millones de gracias, esto me da muchos ánimos!
Un beso enorme
Jolín, Isabel, cada día te superas. Personalmente me quedo con el final bueno, que nunca sobran sonrisas en el mundo.
ResponderEliminarSobresaliente, como siempre : )
¡Ay Zoe, que bonito eso de que nunca sobran sonrisas en el mundo!
ResponderEliminarMuchísimas gracias, y para nada sobresaliente, si a caso rozo el suficiente, me queda muuuuucho que aprender aún.
Un beso gigante :)
Querida Isabel que historia tan linda! sabes como llegar! esto me parece aun pasito de azúcar! saludos
ResponderEliminarOh, muchísimas gracias, ¡me alegra tanto que te guste!
ResponderEliminarUn besazo
Cómo me encanta tu forma de escribir <3
ResponderEliminarBufff,sige escribiendo , lo vales! ; )
ResponderEliminarpor cierto,detalles como el color de los sillones o el de las ventanas ¿tienen algún significado?
ResponderEliminarHola Keiko, mil gracias de verdad ^^
ResponderEliminar___________
Gracias anónimo, ¡no lo dejaré nunca! Es lo que me da vida.
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Anónimo#2 (eres la misma persona que la de arriba creo jajaja) ¡Ay! Que pregunta más curiosa. La verdad que no, solo es porque me gustan esos colores y me imagino así la escena. Solamente es por gusto, aunque sería más bonito si tuvieran un trasfondo.
Un besazo :)
No, No soy el otro anónimo, pero desde luego que necesito que sigas escribiendo.
ResponderEliminarDe verdad Isa... tu Blog da sentido a muchos días en los que siento que el sentido escasea.
Lo cierto es que adoro todos esas metáforas que se dejan hay como si nada y en cambio esconden dos y tres significados.
Bueno Isa, me despido un tiempo, desde una gran casa blanca con ventanas azules...
Por favor, nunca rompas este hilo.
"dejame que te e..."
Vaya anónimo... esto si que es impresionante. Dar sentido a los días de alguien suena casi como un sueño. Y si realmente lo consigo, creo que puedo estar orgullosa.
ResponderEliminarBueno, metáforas puedes encontrar a montones en lo que escribo, es el recurso que más utilizo. Y los dobles sentidos, créeme, también abundan, quizás no los captes porque mi intención no es que sean fáciles de captar. Este texto es todo un doble sentido de una sensación que tuve.
Nunca dejaré de escribir, es como respirar, no sabría explicártelo bien, esto hay que vivirlo. Necesito escribir, necesito fotografiar, necesito crear, simplemente es eso.
No dejes a medias una frase, puedo darle muchas terminaciones.
Déjame completar otra frase "esperando en una casa blanca con ventanas azules y con vistas a un río"
ResponderEliminarQuizás ésta aclare la última:
"Déjame que te es..."
No le encuentro significado, la verdad.
ResponderEliminarMejor dejémonos de metáforas y dobles sentidos. Los misterios con anónimos nunca me han gustado.
Un beso :)
21 de marzo es una fecha colosal, ya q es el dia q se conmemora el nacimiento de un ángel q me dará felicidad por siempre.
ResponderEliminarEs sumamente muy linda tu historia y lo q realizas es un arte.
muackkkkkkk
meloso