No me valen tus “por qué” en un mundo tan incierto. No me vale la inseguridad, ni tus dudas. Me vale que cojas tu primer impulso y no lo guardes, o que pienses pausadamente durante días y te decidas. Me vale que camines sin estar pensando en qué pasará en la dirección contraria.
No quiero más cambios de planes, ni de temperatura. Quiero alguna constante en mi vida. Sentir que conducir contigo de copiloto en esta travesía es seguro hasta sin cinturón, que no vas a abrir la puerta en cualquier momento y te vas a hacer del viento.
No puedo más con tus tira pero no aflojas, me has hecho un esguince en los sentimientos de tanta maratón por tus dudas. No quiero más bailes en tus decisiones, quiero que cojas mi mano y tener la certeza de que no vas a soltarla con la primera dificultad que se nos cruce.
Te quiero pero solo si tú estás seguro de que también me quieres a mí.
No quiero más cambios de planes, ni de temperatura. Quiero alguna constante en mi vida. Sentir que conducir contigo de copiloto en esta travesía es seguro hasta sin cinturón, que no vas a abrir la puerta en cualquier momento y te vas a hacer del viento.
No puedo más con tus tira pero no aflojas, me has hecho un esguince en los sentimientos de tanta maratón por tus dudas. No quiero más bailes en tus decisiones, quiero que cojas mi mano y tener la certeza de que no vas a soltarla con la primera dificultad que se nos cruce.
Te quiero pero solo si tú estás seguro de que también me quieres a mí.
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Una vez al mes publicaré ahí un texto una semana antes de estar en el blog.