Te estoy echando de menos.
Tenías tus fallos, pero yo estaba
repleta de ellos, y me quisiste así.
Hiciste cosas mal, hicimos cosas mal,
pero nunca nadie dijo que fuéramos a ser perfectos, de hecho nunca
lo fuimos.
Nadie apostó por nosotros excepto
nuestros desenfrenados corazones y el mío ha ganado, porque mira,
estoy aquí, echándote de menos y escribiéndote sin anónimo pero
sin nombrarte, ¿pero para qué voy a decir tu nombre si puedo decir:
vida, amor a toneladas, cariño desbocado, mordiscos,
trenes y destino?
No fuiste lo ideal, pero sí el mejor.
No me hiciste sonreír siempre, fuiste
el culpable de muchas noches de lágrimas y me enfurecía que lo
hicieras, y me decepcionaba que no llamarás para decirme que dejara
de llorar, que me querías y que lo sentías. Dormiste muchas noches
sabiendo que yo estaba con los ojos hinchados porque el dolor ya no
cabía, y aún me pregunto cómo podías. Deberías haberte tragado
el orgullo, pero no lo hiciste, y dejaste que yo sintiera que iba a
morir. Cuando te fuiste para “siempre” de mi vida ni siquiera lo
supiste hacer bien, volviste a aniquilarme y eso fue lo que más me
dolió, porque aunque me querías agotando el verbo, no antepusiste
ese sentimiento y dejaste que el orgullo te cegara. Por esas cosas y
por como eres ahora, por lo incapaz que te veo de volver a valer como
persona, por lo difícil que se me hace que vuelvas a ser ese chico
por el que yo estaba dispuesta a arriesgar, pienso y me repito
constantemente que no volveré jamás a tu vida y que estoy mejor sin
ti.
Pero joder, ahora de repente, mirando
nuestros ojos, los ojos que se querían y se comían entre sí el
alma porque la carne se quedaba escueta, te echo de menos.
Me gustaría toparme contigo dentro de
unos años, sin planearlo. Me gustaría que entonces me sorprendieras
diciendo que estaba muy guapa. Volvería a caer en las redes que nos
puso la vida y de las que huimos si al mirarte a los ojos volviera a ver
a ese chico que era capaz de llevarme al cielo sin aviones ni trastos
de por medio. Rompería la promesa de no quererte nunca más si me dijeras
que no ibas a dejarme llorar y que ibas a hacerme todo lo feliz que
no supiste la otra vez. Si me dijeras que íbamos a borrar errores
juntos, yo, yo... yo sacaría unos billetes que nos llevaran a
recorrer el mundo porque esa sería mi manera de regalártelo. Porque
si eso pasara, si eso dijeras, si eso cumplieras, yo volvería a ser
esa idiota totalmente enamorada que lo único que deseaba era no
dejarte escapar nunca.
Aunque me cueste reconocerlo, me he
dado cuenta de que siempre te he echado de menos, aunque mi corazón
se ha mantenido en silencio para no doler, porque dueles, aún dueles
y lo peor es que tengo la sensación de que siempre dolerás.
Mientras tú estás ahí, siendo todo eso que en realidad no te gusta ser,
escondiendo al terremoto de persona que llevas dentro, mientras sigas
forzándote a seguir oculto detrás de esa máscara que lo único
que está haciendo es hundirte poco a poco, notarás que te falta una
pieza en el puzzle.
Mientras todo eso siga así, Mundo
esperará paciente a que resurgas de tus cenizas para comértelo.
Pero yo no esperaré eternamente, yo
seguiré mi búsqueda de sustituto perfecto para ti y algún día lo
encontraré y no le dejaré escapar. Cuando eso suceda, para ti ya
será tarde. Habré acabado contigo para siempre. Estarás muerto en
mi vida. Ya no serás la pieza que me falte. Y sobre todo, ya no te
echaré de menos.