viernes, 16 de noviembre de 2012

Me dijiste poeta y yo como una tonta te creí


 

No te voy a negar que ahora mismo te querría aquí, a mi lado. Que tu cuello me hace falta y que en tus manos veía todo el abrigo que necesitaba. No lo niego porque mentirte después de todo, sería muy feo.
Te quise en mis cumbres, en mis días, en la cama, en mis labios. Te quise en todos lados menos lejos y justamente te fuiste ahí.
No dejaste que hiciera de ti un acorde perfecto dejándose sonar en un piano de madrugada estrellada. No te dejaste llevar, aún cuando te parecía bonito.
Lo que más pena me da de todo ésto es la historia que siempre va a estar 
esperando a ser escrita. La pobre ha salido ilusa, como yo.

(es probable que este texto lo destruya en un futuro, si aún no lo he hecho es que sigo estando demasiado loca)


lunes, 12 de noviembre de 2012

Sesiones de fotos - Cristina y Maite

Hace un tiempo hice dos sesiones de fotos en el mismo día a dos chicas que son amigas.
Una de ellas quería una sesión de fotos individual, Cristina.
La otra me pidió una sesión con su hija pequeña, la niña se llama Daniela y la mamá Maite. Pero las fotos de Daniela (por petición de la mamá) no las voy a publicar, es una pena, os aseguro que son PRECIOSAS y muy muy tiernas.
El caso es que ese día hice ¡400 fotografías! Las sesiones definitivas han sido menos, claro, pero de todas maneras han sido un gran número de fotos que me ha llevado su largo tiempo editar.
Aquí os dejo mis favoritas, ¡empezamos con Cristina!















Y ahora la mami Maite:














¡Espero que os hayan gustado!

miércoles, 7 de noviembre de 2012

La chica sonrisas


Tenía el don de hacer sonreír a los demás, es más, se desvivía por ello. La pena es que nadie se preocupó nunca por ella de verdad, los idiotas pensaban que si se dedicaba a hacer felices a otros era porque ella ya estaba completa. Pero no era así, hacía eso para creer que un poquito de esas sonrisas eran suyas y tapar así el vacío que llenaba su vida.
Las noches la mataban, no podía evitar derrumbarse y poner en “off” la fachada de chica bien, se rompía por dentro y lloraba. Lloraba como única vía de escape aunque no era nada eficaz. ¿Sabéis que la salvaría en esas noches de pena? Un abrazo de alguien a quien alguna vez ella hizo sonreír, solo eso. Pero nadie fue capaz porque todos se conformaron con la caratula y la película que escondía quedó olvidada, nadie supo ver más allá.

Estoy segura de que las mejores sonrisas ocultan las más tristes historias.

Inspirado en mi amiga y compañera Elena, te quiero.