A ti, Croacia.

Me menguan los latidos por cada 100km lejos de ti.

Sigo llevando tu frío en mis pulmones y en los harapos la tierra que levantaron los pies invasores. Aún me duele el como arrancaron mis derechos de cuajo. Sin embargo a mi hermano le duelen sus tres dedos mutilados. Malditos fusiles.

¿Dónde quedan las personas?

¡¿Cuántos quedaron compartiendo escenario con las armas, luchando por ellos, por Yugoslavia?!

¿Y cuántos perdieron? ¿Y cuántos ganaron?

El 6 de abril del grisáceo 1941, Belgrado fue devastado, destruido, saqueado, fue bombardeado. Murió, solamente murió.

¿Dónde está nuestro Dios ahora?

¿Quién nos defenderá?

¿Y quién salvará Croacia?

Mi Zagreb…

Mi tierra….

Adiós.

Adiós porque no volveré.

Lo siento en lo más profundo, ahí, en todo el corazón.

En cada pedazo de mi alma.

Hasta tú lo sabías, me mandaste un último soplo antes de huir y dejarte con esas expersonas.

Te quiero.

Te voy a echar de menos.

Perdóname. Quise quedarme, pero el miedo a veces es más fuerte.

Viviré mucho tiempo para contar millones de veces lo hermosa que eres.