No puedo respirar en las tres paradas de metro que hay de mi casa a la tuya.
La dirección del andén parece que lleva tu nombre, "línea directa a sus costillas".
Los límites amarillos que separan de las vías empezaron a parecerme estúpidos al primer beso,
yo sabía que no podía morir si tú estabas esperándome.
Este vagón está lleno de desconocidos que parecen conocerme muy bien.
Todos me miran con pena cuando paso tu parada y no me he bajado en ella.
Después, se olvidan de mi.
En las tres paradas de metro que separan mi casa de la tuya, sigo siendo algo de ti,
aunque sea un recuerdo,
la sombra de lo que tuvimos,
o el dolor en el pecho cuando la megafonia indica dónde estoy y que a la vez ese sea el sitio donde no voy a ir.
Después, desaparezco.
Jamás nos hemos vuelto a encontrar,
estoy segura de que ahora tomas el bus
y como siempre, nunca vas sentado aunque no haya nadie a quien cederle el asiento.
Yo me quedo en los subsuelos,
me reconozco en cada gotera,
cada avería,
y cada "el servicio está interrumpido por un tiempo estimado de media vida sin ti"
Para sanar este salario mínimo en cariño y las malas condiciones de la tristeza, me voy a poner en huelga, y a establecer los servicios mínimos del corazón.
La dirección del andén parece que lleva tu nombre, "línea directa a sus costillas".
Los límites amarillos que separan de las vías empezaron a parecerme estúpidos al primer beso,
yo sabía que no podía morir si tú estabas esperándome.
Este vagón está lleno de desconocidos que parecen conocerme muy bien.
Todos me miran con pena cuando paso tu parada y no me he bajado en ella.
Después, se olvidan de mi.
En las tres paradas de metro que separan mi casa de la tuya, sigo siendo algo de ti,
aunque sea un recuerdo,
la sombra de lo que tuvimos,
o el dolor en el pecho cuando la megafonia indica dónde estoy y que a la vez ese sea el sitio donde no voy a ir.
Después, desaparezco.
Jamás nos hemos vuelto a encontrar,
estoy segura de que ahora tomas el bus
y como siempre, nunca vas sentado aunque no haya nadie a quien cederle el asiento.
Yo me quedo en los subsuelos,
me reconozco en cada gotera,
cada avería,
y cada "el servicio está interrumpido por un tiempo estimado de media vida sin ti"
Para sanar este salario mínimo en cariño y las malas condiciones de la tristeza, me voy a poner en huelga, y a establecer los servicios mínimos del corazón.
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