miércoles, 17 de febrero de 2016

Así me quiero contigo.

Vamos a hablarnos sin palabras, que así es como me gusta que nos entendamos. Qué más vamos a necesitar si podemos mirarnos.
Nunca me sentí tan avanzada como cuando contigo vuelvo a mis instintos primitivos y nos lo decimos todo con gestos. Como cuando a alguien le falta un sentido y se le potencian todos los demás, con la diferencia de que a nosotros no nos falta ningún sentido pero sí potenciamos todo.

Me veo contigo en las cuevas y en las ciudades. Con los demás mirando con envidia, se nos ven las almas enredadas en un amor que no se desata ni ata y adivina, para eso no hacen falta palabras.
Qué circo, qué espectáculo nuestra complicidad malabarista saltando de unos ojos otros y abrigándose en nuestras manos que se aprietan. Que yo me fundo contigo y tú me empujas a ello.

Tú me entiendes y yo te entiendo, sin más. Sólo con estar existiendo. Y eso, eso es lo que mas hace que me guste estar aquí, existiendo, juntos.


jueves, 11 de febrero de 2016

Quimera.

Tengo que dejarte ir.
Aquí no vale pasar página, debería cerrar el libro y quemarlo en el olvido.
Contigo las cosas siempre han sido drásticas.
Sería ideal ver nuestro tiempo consumido por el fuego,
parecería casi que seguimos jugando a lo de siempre.

En mi utopía particular habrías dejado de doler ya.
Podría pensarte y no sentir olas en mi piel.
Ahí está el mar de nuevo y tú la marea.

Tu recuerdo sigue siendo mi quimera,
con cabeza de cabra, cuerpo de lobo y cola de dragón.
Y como a todo monstruo fantástico le llega su héroe,
bien conoces mi alma guerrera.

Te vas a ir, del todo.
Pero para eso tengo que echarte yo.


martes, 2 de febrero de 2016

I lava you.

¡Hola!
La semana pasada me sentí muy del Renacimiento así que me puse a hacer una escultura. La cosa es que algo salió, bueno, salió bastante y yo aún no me lo termino de creer.
En cuestiones creativas muchas veces pongo el automático y las cosas salen solas por eso luego no sé explicar cómo lo he hecho o dejado de hacer. Aquí solo puse dos paquetes de arcilla para modelar, un barreño con agua para ir humedeciendo las manos, una foto en el ordenador y en cuestión de dos horas los volcanes tenían esta forma:


Espero por el bien de vuestra integridad como persona que sepáis qué volcanes son, por si acaso os dejo el corto por aquí. Dadle al play porque la canción merece estar sonando:


Con un ¿encuadernador? (no sé cómo se llama el chisme este) hice los huecos de los ojos y las bocas:


Todo muy de andar por casa, sí. Dejé secar las figuras al aire libre casi 48 horas, aunque podría haber acelerado el proceso metiéndolas en el horno precalentado a 90ºC (por si lo hacéis, cuidado con no cerrar del todo el horno para que salga la humedad y no lo dejéis más de 10 minutos). Finalmente terminé de secar las partes con un secador de pelo.

Y llegó la parte de la pintura. Estuve durante cuatro horas trabajando con pintura satinada de la marca La Pajarita. Primero hice los marrones de las caras y luego el pelo, pero habría sido mejor al revés: primero pelo y luego cara para tapar la pintura que "se ha salido" de la melena. Luego los verdes y para finalizar sombras y detalles como las salpicaduras amarillas, o los adornos del pelo.
Pintar en arcilla es realmente cómodo porque seca muy rápido y cualquier error se corrige con más pintura encima, sea el color que sea.


Y después de todo este proceso, los volcanes estaban listos para echar lava:







Hay que tener mucho cuidado con la arcilla ya que es bastante fácil que se rompa, pero si no ocurre ningún desastre durará mucho mucho tiempo.

Espero que os haya gustado, yo me lo pasé muy bien, y si algún día os sentís como del Renacimiento, simplemente dadle rienda suelta.