He de confesar que me enamoré
de tu espalda, que cambié todos los lugares por donde perderme, para
ser una trotamundos en ella. Que dejé de mirar el cielo y sus
estrellas porque tus lunares me gustaban mucho más.
Y no sabes cuanta rabia me da que me siga dando
escalofríos el hueco vacío de mi cama, porque ninguno de los dos prometió que ésto fuera a salir bien, pero
que deberíamos intentarlo. La pena es que fuimos unos ignorantes
queriendo y yo, sobre todo yo, fui muy cabezota, porque sabía que
mientras las personas simplemente buscamos a otras personas de las
que enamorarnos, los poetas buscan musas. Y yo no estuve a tu altura.
La culpa de todo ésto, de toda
mi tozudez, la tuvo en gran parte la seguridad que me daba tu
jodida espalda y el cómo encajaba perfectamente con mis uñas.
Porque sí, hicimos el amor muy fuerte y ahora yo estoy enloqueciendo
buscando a alguien con quien poder deshacerlo.
Y mírame, soy toda ironía,
tengo el corazón hecho pedazos por un poeta y ahora estoy
escribiendo de desamores, sintiéndome muy tú.
(la fotografía pertenece a Duli, una chica que sabe
hacer magia con una cámara http://ellaestasola.tumblr.com/
Yo si me enamoré una vez de una espalda pero no solo de eso tambien de todo lo demás...
ResponderEliminarMe ha gustado el texto hay partes en las que me identifico mucho.
Uy Laura, eso suena a desamor triste.
ResponderEliminarMe alegro de que te haya gustado el texto, y espero que las partes en las que te hayas sentido identificada, sean las que tengan un ápice de alegría.
Un abrazo :)
Laura Lozano
ResponderEliminarSi, yo estoy enamorada de una espalda y me hace sentir verdaderos escalofrios y me enamora cada dia mas. La suerte es que puedo dormir abrazada a ella.
Isabel yo ya no se como explicarte las cosas, cada dia te superas y creo que voy a dejar de leer tus entradas porque me dejan sin palabras y me roban el corazon. Simplemente son PERFECTA, simplemente eres PERFECTA.
Un beso desde Valencia
¡Yo también quiero una espalda a la que dormir abrazada! que envidia...
ResponderEliminarNO DEJES DE LEERMEEEEEEEEEEE DDDDDD:
JAJAJAJAJA ¡me gusta dejarte sin palabras cielo!
Un besazo.
Perfecto
ResponderEliminarLo de enamorarse de espaldas es un lujo que muy pocos conocemos, oye. Es una pena que no tengamos espaldas para dormir, que huelan a perfume de hombre y la piel sea sube como la de un bebé porque, oh... Me emociono sola AJAJAJAJAJA.
ResponderEliminarTu texto es genial, porque escribes, ay. Bueno, ¿qué voy a decir yo? AJAJAJAJA.
Es un honor haberte inspirado. A mí leerte y ver tus vídeos, muchas veces lo han hecho, así que...
¡Un abraso gigante! (Con una espalda de regalo incluida)
Gracias anónimo :)
ResponderEliminar_____________________
¡Mi inspiración! jajajajaja
Oye, yo quiero una espalda de esas que dices, deberían inventar algo para las solteronas como yo.
Es honor también inspirarte entonces. Sigamos inspirándonos juntas y a ser felices jajajajaja
¡Un besazo!
Si alguna vez me he enamorado de algo que no sea una espalda, lo he olvidado con esta entrada. ¡Vivan las espaldas secsis!
ResponderEliminarMe encanta, como siempre. Y las fotos de Duli, que son geniales, también.
Un beso,
Pau.
Pau, tú eres un experto es ésto de halagar de forma original.
ResponderEliminarMuchísimas gracias por apreciar este texto y el fantástico trabajo de Duli.
¡Un beso!
Me ha encantado, en serio, precioso (aunque sea una historia triste). No pares de escribir y de crear, lo haces genial. <3
ResponderEliminarPD: Yo también me he enamorado de una espalda, y lo estoy aún c:
Muchísimas gracias Marta *-*
ResponderEliminarAy... me alegro mucho de que sigas enamorada de esa espalda, ojalá yo algún día también pueda decir "me enamoré de una espalda y aún lo estoy."