
Me sé tus intermitencias y he aprendido a sobrevivir a
ellas. Al principio no fue fácil, yo era demasiado constante y tú eras
demasiado de jugar al escondite.
Cuando deseo que alguien llegue y me cambie la mirada, pienso en que llegue
alguien como tú. Pero como tú ya no hay nadie más.
Eres mi chico...